75 años después de su muerte, Ramiro Ledesma sigue presente.
En nuestros corazones, en nuestras ideas, en nuestros espíritus.
Los que le mataron, ratas anónimas y cobardes, nunca obtendrán la inmortalidad que el consiguió gracias a una vida de lucha, honor y sacrificio.
Ellos han muerto, Ramiro sigue vivo.
En nuestras manos está seguir su ejemplo o parecernos más a sus verdugos. En nuestras manos está combatir y vivir para siempre, o morir arrepintiéndonos de una vida mediocre.
El próximo 31 de octubre, los extremeños que luchamos nos encontraremos en Badajoz para honrar la memoria de Ramiro. No faltes.
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