Recientemente la entidad financiera La Caixa ha publicado un informe que trata de mostrar los “indudables beneficios” que la inmigración ha traído en la última década, desmontando “mitos” y llamando a la prudencia en esta materia.
A nadie se le escapa la “oportuna” publicación del mismo en los comienzos de la campaña de elecciones autonómicas y locales, tratando de esta manera de evitar el voto hacia los partidos “xenófobos”.
Es un ejemplo del marketing -con claros tintes progres -que esta caja tiene para con las cuestiones sociales, no dudando en hacer política cuando viene al caso para defender sus intereses.
La Caixa simplemente defiende la inmigración, sea legal, ilegal, alegal o como se le quiera llamar, porque supone un mercado suculento de potenciales clientes.
Llama también la atención la cobertura mediática que se ha prestado a este informe, muy por encima de otros informes también de otras entidades bancarias o centros de estudios, bastante menos exultantes y más comedidos con el tema de la inmigración.
Que se ocultan bastantes cosas –no tan positivas por supuesto- en todo lo relativo a la inmigración es algo con lo que ya contamos; otra cosa es que intenten convencerte de que la tierra es plana y que el día no es día sino que es noche.
La Caixa ha debido de tomar por tontos a todos los españoles porque si algo se desprende del análisis de los datos estadísticos económicos, sanitarios, asistenciales etc. es que inmigración y productividad económica no van de la mano. El propio carácter de la inmigración en España, su carácter masivo e incontrolado ha posibilitado todo un abanico de fraudes y abusos (documentales, sanitarios, asistenciales, etc.) que no hubieran sido posibles si los gobiernos sucesivos no lo hubieran permitido.
En la mentalidad del inmigrante, que no es tonto, está la de sacar el máximo partido de la sociedad del bienestar con las ayudas que le ofrece, e invirtiendo y cotizando en él lo mínimo. En esto el comportamiento no distaría mucho del de cualquier español, con la diferencia de que en el caso de aquél, es una persona que generalmente ha entrado ilegalmente en el país y pretende comerse una buen porción de un pastel que no ha contribuido a elaborar.
En el caso de la entidad financiera catalana se constata como ha sido la gran banca la verdadera beneficiaria –junto con el ladrillo- de la inmigración masiva, y de cómo se puede tener una mentalidad socialista y hacer negocios multimillonarios. Al fin y al cabo socialismo marxista y capitalismo globalista son las caras de la misma moneda.
Y ahora, cuando usted se quede sin un piso de protección oficial porque se lo han dado a un marroquí que lleva aquí tres días –ya se sabe, la integración-; si va a tener que mandar a su hijo a un colegio en el quinto coño porque su plaza se la han dado a otro cuyo único mérito es ser sudamericano; si le ha pasado lo mismo en la guardería; si ha tenido que aguantar como es sentirse extraño en su propia tierra (ya se sabe todo en nombre de la integración y la solidaridad), entonces piense en la Caixa a ver si le sigue entrando ganas de llevarle sus ahorros…
MSR BADAJOZ
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