domingo, 22 de mayo de 2011

Nacional revolucionarios pacenses secundamos a título individual la acampada de Badajoz




Sin banderas, sin símbolos, sin intentar instrumentalizar o manipular absolutamente nada. Con ilusión, con energía, con honor. Así hemos participado los militantes y simpatizantes del MSR en las protestas que espontáneamente han tomado la calle en Badajoz con el lema "no somos mercancía en manos de políticos y banqueros".

La sensación, sin embargo ha sido agridulce. Tras asistir a dos asambleas en el lugar de la concentración y aplaudir la gran mayoría de las propuestas debatidas, finalmente decidimos acompañar a los "indignados" también por la noche, pasando un par de horas con ellos.

En las reuniones previas, la gran mayoría de los asistentes eran jóvenes, trabajadores y familias hartos de apretarse el cinturón para pagar la crisis generada por políticos y banqueros. Nuestros simpatizantes y afiliados no tuvieron el más mínimo problema con nadie, como es lógico. Se atisbaba en ocasiones un cierto "tufillo" manipulador de la izquierda progresista, pero finalmente se imponía el apartidismo y la unidad.

El panorama que encontramos a media noche del sábado fue bien diferente. Llegamos en grupo -porque nuestro local se encuentra muy cerca de la acampada y habíamos tenido varias actividades esa misma tarde- y desde el primer momento, varios de los concentrados pidieron nuestra "expulsión".

Lógicamente, no nos movimos de allí. Un iluminado, teóricamente miembro de la "organización" nos intentó explicar (aunque no escuchamos sus consejos) que "no éramos bien recibidos", acusándonos de "nazis y fascistas". Revuelo en la calle, mucho fotógrafo haciendo horas extras... y una explicación coherente, la nuestra, que calló muchas voces y puso fin al debate.

¿Quién nos puede prohibir la asistencia a un acto público, alegal, y teóricamente apartidista (como reza la pancarta colgada en la Avenida de Huelva) aduciendo diferencias ideológicas? ¿No estábamos unidos para luchar contra el bipartidismo, la dictadura de la banca y la injusta ley electoral? ¿Se necesita carnet de comunista o anarquista para compartir esos postulados? ¿por qué los días anteriores nadie nos dijo absolutamente nada?

Finalmente, y tras pasar una hora tranquilamente en la "acampada", charlando con varios de los presentes que sí entendieron nuestro apoyo sincero, decidimos marcharnos. Y nos marchamos con una sensación extraña. Por un lado, salimos satisfechos porque actuamos como dictó nuestro corazón; somos parte del pueblo y debemos estar en todas las movilizaciones en defensa de la justicia. Quedándonos en casa sólo conseguimos que la derecha liberal se frote las manos y que la izquierda radical monopolice la lucha social.

Por otro lado, constatamos que comienza a instrumentalizarse el llamado "movimiento 15 de mayo" por parte de asociaciones e incluso partidos de determinada orientación ideológica. Desde nuestro punto de vista, si el movimiento olvida su carácter transversal y apartidista, el pueblo perderá y los políticos profesionales seguirán ganando, mientras los españoles echamos por tierra una oportunidad de oro para decir bien claro a los poderosos que no vamos a seguirles el juego.

Por último, queremos mostrar nuestra indignación ante la noticia aparecida en "La Crónica de Badajoz" y que trata sobre nuestra participación en la protesta. Señor Fernando León: ni éramos cinco personas -éramos 10, es un pequeño detalle- ni "intentamos unirnos" -nos unimos-. Por otra parte, si es noticia que nosotros, sin portar simbología ni hacer apología de ningún partido, hemos acudido a la concentración, suponemos que también se habrán publicado noticias estos días atrás con titulares tan sugerentes como "15 miembros de IU acuden a la convocatoria", "Cuatro ex-votantes del PP se unen a los indignados", "Afiliados de UPYD llegan a la asamblea","4 jóvenes de ideología marxista se acercan a la acampada" o "Dos fans de las películas de Pajares y Esteso toman la Avenida de Huelva". Señor León, regrese a la facultad; los lectores se lo agradecerán.



¡A la calle, que ya es hora!

¡Patria y justicia social!

¡Sigue la llama!

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