El viento frío de Castilla azota un pequeño pueblo de Soria, Medinaceli. Es 1º de mayo y las nubes pasan veloces sobre la “ciudad del cielo”; sus calles se llenan de luz de manera intermitente y el pasado celtíbero y romano de la población se refleja en sus monumentos y piedras milenarias.
Un año más, los militantes y simpatizantes del Movimiento Social Republicano y el Círculo de Estudios la Emboscadura se dan cita en la mágica villa empedrada para recordar a Ezra Pound en el único monumento del mundo erigido en su honor, en el monolito que nos recuerda que “Aún cantan los gallos al amanecer en Medinaceli”.
El canto de los pájaros, que parecen recibir con sus píos y gorjeos a la comitiva nacional revolucionaria, sirve de prólogo musical al acto. Una bandera de España, tierra admirada por Pound; una bandera del Movimiento, una llama ardiendo. Sencilla escenografía. Toma la palabra el responsable de la Federación Sur Raúl Crespo, que con un discurso breve y emotivo nos recuerda por qué celebran el 1º de mayo MSR y CELE.
La crítica a la dictadura de la usura (o usurocracia) que el poeta norteamericano -y europeo por derecho- realizó, tan válida ayer como hoy, sigue siendo un referente para todo aquel que se considere disidente. Y como “esclavo es aquel que espera por alguien que venga y lo libere”, los militantes del MSR quieren liberarse sin ayudas externas, demostrando día a día que la revolución aún es posible, que el mundo con el que soñaron Pound y muchos otros héroes no se ha convertido en una visión borrosa, sino en un horizonte a conquistar. “Por eso, para reafirmar nuestro compromiso, para recordar a Pound, para recordarnos qué somos a nosotros mismos, estamos hoy aquí”, explicó Raúl. Para concluir, rompiendo un silencio de emoción y sentimiento, espetó: “Nos vemos en Medinaceli, como cada año, dentro de varias décadas, pero no seremos 30, 40 o 50 personas, sino miles de almas las que estemos aquí llenando el pueblo de banderas en un día tan señalado para nuestro Movimiento”.
A continuación, el Secretario Nacional de Organización, Iván Camacho, hizo entrega de los diplomas que premian el trabajo desinteresado de militantes destacados del MSR. Esos diplomas están ahora en lugares tan distantes como Andalucía, Cataluña o Navarra, mostrando que en toda España hay hombres y mujeres con un espíritu revolucionario inquebrantable, y que, al igual que todos los que acudieron a Medinaceli, no se rendirán hasta el final.
Tras el simbólico acto, el camarada Carlos Ortega leyó un texto del escritor chileno Miguel Serrano en homenaje a Ezra Pound, verso hecho prosa que una vez más rompió la distancias que marca el tiempo y acercó al Ezra poeta a todos nosotros. Y entonces, la magia que rodea Medinaceli volvió a actuar; cuando Ortega hablaba de negros pájaros que piaban por el homenajeado, un mirlo se subió al árbol más alto de la plaza y dedicó su melodía a los allí congregados. Aún cantan los gallos al amanecer en Medinaceli. Y aún cantan los mirlos, y cantan por Ezra Pound.
El 1º de mayo del MSR y CELE terminó con un recital poético, con varios poemas de Ezra Pound leídos por Carlos Ortega con un fondo musical folk. Aplausos, algunas lágrimas, emoción. Y el firme convencimiento en el aire soriano de que Medinaceli, ciudad del cielo, volverá a abrir sus puertas para acoger a los nacional-revolucionarios el próximo año, y en la dura piedra que simboliza lo eterno del legado de Pound, se demostrará una vez más que la fidelidad y el compromiso sigue siendo nuestra divisa. Comida en camaradería como epílogo, anécdotas, abrazos. Retorno a Extremadura, Aragón, Cataluña, Madrid... la llama sigue ardiendo en iberia.
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