lunes, 29 de marzo de 2010

Marcha senderista a Santa Lucía del Trampal

El pasado domingo 28 de marzo, un nutrido grupo de militantes, simpatizantes y amigos del MSR Badajoz realizaron una marcha senderista en las inmediaciones de Alcuéscar (Cáceres).

A primera hora de la mañana, y con total puntualidad, se partió desde Badajoz en varios coches hacia la pequeña localidad extremeña. El día era propicio para la actividad: temperatura media y nubes y claros en el cielo. Ya en el pueblo, dos camaradas llegados de Cáceres se unieron a nosotros, y emprendimos la marcha desde la Fuente del Castaño. Nuestra primera parada sería la basílica visigoda de Santa Lucía del Trampal.

Tras cuatro kilómetros de marcha, en los que disfrutamos del maravilloso paisaje de la zona -compuesto mayoritariamente por olivos, alcornoques y encinas- llegamos al centro de interpretación que se encuentra junto al templo. Paradójicamente, dicha construcción no respeta en absoluto el estilo de la basílica. La “chapa” y la estructura cuadrada del edificio, el aparcamiento y el tendido eléctrico afean un paraje maravilloso. Si tenemos en cuenta que la restauración sí ha sido respetuosa con el templo, y que se ha logrado una rehabilitación total de la basílica sin destruir su identidad, la elección de un estilo arquitectónico tan “moderno” para el centro de interpretación es más sorprendente si cabe.

Ya en el interior del centro de interpretación y tras saludar al responsable (amable y atento), disfrutamos de un breve documental en el que se explicaba la historia de Santa Lucía del Trampal desde su construcción hasta nuestros días. A destacar que en en el mismo lugar, siglos antes de la construcción de la basílica, se rendía culto a la diosa céltica ATAECINA, una deidad infernal defensora de la naturaleza. Ahí aparecieron cerca de 40 sillares con inscripciones en honor a la diosa, además de varios exvotos de bronce con la forma totémica de la diosa (una cabra). Según recientes investigaciones, puede que el culto a dicha diosa en las inmediaciones de Santa Lucía fuese un punto de encuentro (dado que se hallaba en el límite terriotorial de diferentes etnias) para varios tribus prerrománicas; vettones, lusitanos y celtas. Tras la llegada de los romanos, el culto a Ataecina fue paulatinamente asimilándose al de Proserpina. Sin lugar a dudas, una importante figura en el panteón indoeuropeo celtohispano.

Después de visitar una pequeña exposición con sillares, esculturas y láminas explicativas, disfrutamos de unos minutos de charla y esparcimiento en los jardines aledaños al templo. Después de varear los naranjos y probar las deliciosas frutas que da la tierra de Alcuéscar, proseguimos con la visita a Santa Lucía.

Centrándonos ya en el templo visigodo, que se estima que fue construido en el siglo VII, llama poderosamente la atención del visitante su compleja estructura, en la que destaca la triple cabecera. Dicha cabecera es realmente singular ya que está formada por tres naves independientes y separadas, un ábside triple. Hay que tener en cuenta que en esa época el número 3 se asociaba a la herejía, relacionada con el credo arriano, cuya interpretación de la Trinidad era diferente.

El interior está formado por multitud de pequeñas estancias abovedadas y pequeñas cúpulas de piedra. La luz que se filtra desde el crucero da el toque final al conjunto... y es que todo en Santa Lucía del Trampal invita a la espiritualidad.

Ya de nuevo en el exterior, retomamos la marcha tras charlar con el responsable del centro de interpretación, internándonos otros 3-4 kilómetros entre los alcornoques, parando en la charca de Valderrey y disfrutando de la comida en un campo vestido de gala con los colores primaverales; el verde de la hierba, el blanco y amarillo de las margaritas, el rosa de los almendros en flor...

Después de comer y tras una hora de charla, iniciamos la vuelta a Alcuéscar. No faltaron las bromas ni la obligada recolección de espárragos. Tras tomar unos refrescos en uno de los bares del pueblo, emprendimos el retorno a Badajoz, con la mente puesta ya en una nueva ruta a recorrer dentro de unas semanas. Así se puso el punto y final a una actividad diferente, en la que deporte, historia, espiritualidad, amistad y camaradería se fusionaron. En definitiva, una alternativa de ocio saludable frente al ocio destructivo que promueve el sistema.

Desde esta bitácora electrónica queremos agradecer la participación de todos los asistentes, especialmente a los camaradas desplazados desde Cáceres. Y a aquellos que no pudisteis asistir...

¡Nos vemos en la próxima!


MSR BADAJOZ
CULTURA-DISIDENCIA-IDENTIDAD

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